El Correo
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Ruper Ordorika - «Lo que en el blues se llama mood está en mis canciones»
El songwriter vascongado, el cantautor rock Ruper Ordorika, acaba de editar su décimo trabajo en solitario, Hurrengo Goizena / A la mañana siguiente (Metak), grabado con tres excelentes músicos americanos que le ayudan a enhebrar ese ambiente baladista, sensible y cristalino que hinca el diente a los marasmos de folk rock, aprovecha el tirón del neocountry yanqui y se licúa en emociones soul. Once grandes canciones para degustar en otoño y que deberían romper las fronteras regionales.
¿Qué posibilidades existen de que se acepte fuera a un cantautor rock euskaldun?
Es difícil hablar en porcentaje, aunque he de decir que fuera he encontrado una receptividad localizada, pero extraordinaria. El euskera te convierte en un cantante no homologable, no entras en el circuito normal y te sitúas al nivel de un pianista de improvisación de Plasencia, Cáceres.
Ya trabajaste en Warner y Nuevos Medios. ¿Puedes obtener la misma proyección desde un sello vasco?
Puede ser. Además, hoy en día, con Internet, etc., si alguien quiere un disco mío, lo puede conseguir, como yo pillo CDs que no encuentro en ningún lado. He sacado cinco discos en Madrid y no he visto grandes diferencias. Toco cada año en Madrid y Barcelona, y poco más. El resto, un día en Mallorca o por Galicia, es anecdótico.
¿Qué te diferencia de otros cantautores vascos, más apegados a la tradición folk?
Siempre he tratado de tirar de mi hilo, no por ser diferente, sino porque tratas de cantar porque no oyes lo que tú haces. Eso te diferencia, naturalmente.
Eres tímido.
Sí. He sido muy tímido y suelo decir que la música me apasiona; si no, no hubiera subido a un escenario.
Tus máximos fans aseguran que ahora te sientes tan seguro con tu trabajo, que incluso te atreves a soltar falsetes.
Ja, ja, ja... En una canción. Aparte de esta anécdota, tengo la sensación de haber encontrado un terreno muy adecuado para mis canciones.
Hurrengo goizean suena directo por la producción desnuda. ¿Se debe a la forma de preparar las canciones, rápidamente?
Buscábamos la proximidad y, como decía el poeta argentino Juan Gelman en aquel tango: quién pudiera agarrarte por la cola fantasma magia poesía de día. Se busca ese momento.
¿Los textos son lo más importante en tus canciones?
No, pero me atrae la palabra. En este disco la he dejado fluir, evitando la autocorrección. A menudo, olvidamos la magia de las palabras, la dicción, la sonoridad... A veces, analizando una canción, compruebas que no dice nada del otro mundo y, sin embargo, motiva. Este álbum roza lo misterioso de puro simple, primitivo. Sin embargo, aunque hayamos grabado en pocos días, ha costado mucho trabajo encontrar este aliento, empuje y soul de los discos que me encaminaron a la música.
La primera canción, Halako gau batez, fascina por la interpretación vocal.
Siempre me han dicho que no canto, que interpreto, y el hecho de que, en este disco, la voz esté poco tratada tiene que ver.
¿La moda del rock ameriano y del country alternativo te puede beneficiar?
Es posible. Estoy de acuerdo en que todo lo que promueva la curiosidad es bueno para mí y para la generalidad, pero quedan los prejuicios y mucha gente que ve algo en euskera no se plantea que le pueda interesar. Ese es el problema.
A veces tienes aires de soul y blues.
Para mí, el blues es una actitud. Lo que en el blues se llama mood está en mis canciones. Busco ese ambiente, siempre trato de reproducirlo en mi cabeza, y de ahí sale el tempo que uso.
Sí, te encuentras verdaderamente a gusto en las baladas y los medios tiempos.
Ahí hay un espacio para la palabra, pero tampoco es del todo cierto. Tengo canciones en otro tempo en las que estoy muy a gusto. Por eso hablo del blues: tiene un tempo agarrado que me gusta. Me agrada cantar tumbao, detrás del tiempo, dando esa sensación de arrastre. tres excelentes músicos americanos.
Oscar Cubillo